lunes, 2 de noviembre de 2009
Se cumple el 400 aniversario de la muerte de Matteo Ricci
La antigua China comenzó a conocer la cultura europa a través de este hombre: Matteo Ricci. Este jesuita italiano mostró por primera vez a la Corte del Emperador las matemáticas, el calendario europeo y el mapa del mundo. Con motivo del 400 aniversario de su muerte, el Vaticano le hace un homenaje con la exposición: Padre Matteo Ricci Entre Roma y Pekín.
Mons Claudio Giuliodori
Obispo de Macerata
Para él la cultura y la ciencia eran instrumentos al servicio del Evangelio.
Giovanni Morello
Director de la exposición
Esta exposición muestra que China en aquel entonces era una nación opuesta a Occidente, que llamaba bárbaros a los cristianos, lo contrario de lo que se decía en Occidente, y cómo después se han ido conociendo mutuamente.
Misionero incansable y prodigio intelectual su obra todavía se estudia en los libros de historia chinos. Tras los pasos de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, Matteo Ricci llegó a Goa en 1578, después de seis meses de viaje.
De allí se trasladó a Zhaoqing donde comenzó un intenso estudio del chino y elaboró la primera obra cartográfica de China en la que se incluían Europa, África y América. En 1589 le expulsaron y se dirigió a Shaozhou, donde enseñó matemáticas a intelectuales. Además tradujo importantes obras de la historia al chino como el Tratado de la amistad.
Matteo Ricci quería llegar a toda Asia, así que intentó entrar en Pekín con la ayuda de un importante Mandarino. Tuvo que esperar seis años para llegar a la capital. El emperador le permitió la entrada en el año 1601 debido a su gran popularidad.
Mons Claudio Giuliodori
Obispo de Macerata
No sólo consiguió entrar en Pekín, sino que además es recibido en la Ciudad Prohibida. No vio nunca al emperador, porque ninguno podía encontrarlo. Pero el emperador tenía mucha curiosidad por conocerlo. Dicen que los familiares del emperador no sólo le escucharon, sino que además se convirtieron.
Y es que el nombre de Matteo Ricci se extendía por Asia. La clave de su éxito fue que formó parte de la cultura china viviendo y vistiendo como ellos. Esto provocó suspicacias entre hombres de Iglesia hasta que en 1939 Pío XII lo rehabilitó oficialmente y lo puso de ejemplo para todos los cristianos.
También tuvo que soportar el desprecio de los chinos, ya que criticaba con dureza a budistas y tahoistas.
Pero gracias a su incansable trabajo por los asiáticos, no sólo consiguió que muchos se convirtiesen al cristianismo, sino que su legado, todavía hoy, es un punto de unión entre Oriente y Occidente.
Mons Claudio Giuliodori
Obispo de Macerata
Matteo Ricci es muy estimado y querido en China. Tanto como para representar un punto formidable de encuentro y de diálogo. En torno a él cristianos y asiáticos pueden entenderse, pueden encontrase.
Además, con motivo del aniversario de su muerte, se ha relanzado su proceso de beatificación por iniciativa del pueblo chino. Muestra de la importancia de Matteo Ricci en oriente, la exposición podrá verse el próximo año en ciudades como Pekin, Shangai, Macao o Seúl.
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